Bendito eres tú, Señor, Dios nuestro, Rey del universo, porque puedo acudir a ti para tomar buenas decisiones.
*Muéstrame la senda correcta, oh Señor; señálame el camino que debo seguir. Guíame con tu verdad y enséñame, porque tú eres el Dios que me salva. Todo el día pongo en ti mi esperanza.* Salmos 24:4-5 NTV
En la vida, cada paso que damos tiene consecuencias reales, sin embargo, a pesar de nuestras decisiones debemos seguir avanzando. Algunas decisiones debemos tomarlas de forma inmediata debido a la urgencia que pueda envolver esta acción, y en otros casos, tenemos el tiempo de pensar y evaluar las posibles consecuencias antes de decidir.
Lo apresurado de esta vida, muchas veces, hace que quieras resultados inmediatos y ello te lleve a perder la paciencia y apresurarte al tomar tus decisiones o, por el contrario, puedes llenarte de miedo y tardarte en decidir.
Lo importante es lograr un equilibrio al momento de tomar una decisión, para ello es bueno tener calma, meditar y comprometerse sin miedo a asumir el resultado final. Constantemente estamos decidiendo sobre algo, desde: levantarnos de la cama, que comer, que vestir a donde ir, a quien llamar o visitar, que ver, que escuchar y muchas otras. La diferencia está, en que algunas decisiones tienen un mayor impacto sobre nosotros y los que nos rodean.
Cada día debemos pedirle al Señor que nos ayude a tomar buenas decisiones, y para ello, necesitamos que nos otorgue sabiduría y discernimiento, así como también la dirección de su Espíritu. Pon todos tus planes, pensamientos y deseos en las manos de Dios y él te mostrará el camino que debes seguir.
"Que el Eterno te bendiga y te preserve; que el Eterno ilumine Su rostro hacia ti y te otorgue gracia; que el Eterno eleve Su rostro hacia ti y ponga paz en ti."
*Familia Ramírez Acosta*
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