Bendito eres tú, Señor, Dios nuestro, Rey del universo, que deseas que cada día nos acerquemos más a ti.
*Pero cuando venga el Espíritu Santo sobre ustedes, recibirán poder y serán mis testigos tanto en Jerusalén como en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra.* Hechos 1:8 NVI
Estuvimos hablando de las cuentas del Omer, esto implica, que cada miembro del pueblo de Dios debe hacer una acción, detenerse y contar cuantos días han transcurrido desde su salida de Egipto. Egipto simboliza la aflicción y el sufrimiento.
Al contar, ellos debían reconocer que no estaban bajo el control de la naturaleza o de la suerte, mucho menos de las estadísticas, porque Dios estaba detrás de cada escena de su vida.
El pueblo de Israel y la iglesia primitiva vivieron ese momento, y a través de la historia, todo aquel que acepta a Jesús como su Salvador tendrá que vivir escenas similares a nuestros antepasados. Es nuestro deber, entonces, reconocer que Dios permite cada evento para que podamos desarrollar nuestro potencial.
Tanto el pueblo de Israel, como los discípulos en su tiempo, contaron los días hasta que se cumplió la promesa. Cada grupo se unió como uno solo, a fin de prepararse para el gran día, donde Dios les hablaría a ellos y los prepararía para llevarlos a la tierra prometida.
Unidos podremos prepararnos, para ese gran día en que todas las naciones conozcan a Dios, así como también, todo aquel que elija ser su pueblo, y le permita ser su Dios escuchará su voz.
"Que el Eterno te bendiga y te preserve; que el Eterno ilumine Su rostro hacia ti y te otorgue gracia; que el Eterno eleve Su rostro hacia ti y ponga paz en ti."
*Familia Ramírez Acosta*
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