Bendito eres tú, Señor, Dios nuestro, Rey del universo, porque puedo cada día conocerte más.
*Todo tiene su momento oportuno; hay un tiempo para todo lo que se hace bajo el cielo.* Eclesiastés 3:1
Pensar en una persona tirando su dinero al aire es algo ilógico, sin embargo, cuantos minutos y horas frecuentemente son tirados sin ningún provecho. Constantemente escuchamos o decimos la frase: No tengo tiempo, no me alcanza el tiempo. Como hijo de Dios debes procurar utilizar bien el tiempo que Dios te ha dado.
Salomón concluyó que lo realmente importante en la vida del ser humano, era lo celestial y divino, todo lo que está fuera de ese orden es vanidad, en algún momento se desvanece y llega a su fin, pero lo celestial y divino perdura y es eterno.
El Señor nos ha dado suficiente tiempo para realizar todo lo que necesitamos, es por eso, que debemos aprovecharlo y ser constantes en alcanzar objetivos y metas. Cada aspecto espiritual de nuestra vida se logra con la constancia y con el tiempo que invertimos en ello. La oración y el estudio de la Palabra son de vital importancia para nuestra existencia.
Concentrarnos en un mismo tema al orar, en oportunidades es difícil, ya que nuestro cerebro puede saltar de un tema a otro, y mientras meditando en algo, recordamos otra cosa y nos desviamos del objetivo, puede que pasado un rato recordemos lo primero por lo cual estábamos conversando con Dios y retomemos el tema.
Procura aumentar poco a poco el tiempo de concentración mientras conversas con Dios, que nada te desvíe de lo verdaderamente importante, así, poco a poco, irás alcanzando largo tiempo de conversación sobre un mismo tema con tu Creador, lo cual te permitirá, conocerlo y amarlo más.
"Que el Eterno te bendiga y te preserve; que el Eterno ilumine Su rostro hacia ti y te otorgue gracia; que el Eterno eleve Su rostro hacia ti y ponga paz en ti."
*Familia Ramírez Acosta*
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