Bendito eres tú, Señor, Dios nuestro, Rey del universo, porque eres misericordioso y bondadoso.
*Esfuérzate por presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse y que interpreta rectamente la palabra de verdad.* 2 Timoteo 2:15 NVI
Si en este momento alguien te ofrece un plato de comida o un vaso de jugo y te dice que prácticamente no te hará daño porque solo contiene un 1% de veneno, creo, que aunque la posibilidad es mínima, difícilmente desees introducir esa bebida o alimento a tu cuerpo.
Cuando nos revelan la verdad de algo que nos hará daño, nuestro sistema de defensa se activa. Si al darnos el alimento no nos dicen que contiene una partícula de veneno lo comeremos tranquilamente y si luego nos sentimos mal, lo atribuiremos a una mala digestión, la combinación de alimentos, a una intoxicación o reacción alérgica.
El enemigo es astuto y nos presenta la mentira en dosis mínimas, que casi son imperceptible a nuestros sentidos. Para poder percibir su engaño, es necesario la comunicación constante con el Señor, la influencia de su Espíritu y el conocimiento de su palabra.
Debes tener mucho cuidado con todo lo que llega a tus manos para leer, a tus ojos para ver o a tus oídos para escuchar. Todo se va almacenando en tu subconsciente y con el tiempo puede llegar a parecer bueno lo que hoy sabes que es malo ante los ojos del Señor.
El enemigo nunca te va a informar que lo que te dice es mentira, ni tampoco que tiene un 1% de engaño, es por ello que debes aferrarte de la mano de Dios y pedirle al Espíritu que te dé el don del discernimiento para poder enfrentar los ataques de satanàs.
"Que el Eterno te bendiga y te preserve; que el Eterno ilumine Su rostro hacia ti y te otorgue gracia; que el Eterno eleve Su rostro hacia ti y ponga paz en ti."
*Familia Ramírez Acosta*
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