Bendito eres tú, Señor, Dios nuestro, Rey del universo porque eres nuestro sustituto.
*»Y si es alguno del pueblo el que peca inadvertidamente, haciendo cualquiera de las cosas que el Señor ha mandado que no se hagan, y se hace así culpable, y se le hace saber el pecado que ha cometido, traerá como su ofrenda una cabra sin defecto por el pecado que ha cometido.*
Levítico 4:27-28 LBLA
Cuan diferente piensa o establece el ser humano lo que significa realmente el pecado, es por ello, que tiende a catalogarlo como grande o pequeño, trivial o terrible, sin importar si este pone en riesgo su salvación.
Al leer el libro de levítico, encontrarás que Dios clasifica el pecado en dos categorías básicas: intencional o sin intencion, como en el versículo que leímos hoy.
El sistema de sacrificios descrito en levítico, no trata de pecados intencionales sino de aquellos realizados sin intención y muchos de ellos incluso no tienen que ver con el pecado.
El principio básico del sistema de sacrificios, es la sustitución, es decir, un animal debe morir en el lugar que corresponde al que es culpable de pecar en contra de Dios.
El sacrificio debía ser realizado por la persona que cometió el pecado colocando sus manos sobre la cabeza del animal, transfiriendo de manera simbólica el pecado para luego degollar el animal. Luego el sacerdote haría su parte.
Si de manera inadvertida has transgredido algún mandamiento u ordenanza de Dios, recuerda que alguien estuvo dispuesto a tomar tu lugar como sustituto. Jesús te ama y está esperando que acudas a él en busca del perdón.
"Que el Eterno te bendiga y te preserve; que el Eterno ilumine Su rostro hacia ti y te otorgue gracia; que el Eterno eleve Su rostro hacia ti y ponga paz en ti."
*Familia Ramírez Acosta*
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