Bendito eres tú, Señor, Dios nuestro, Rey del universo, que me das las fuerzas necesarias para continuar.
*Esfuérzate por presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse y que interpreta rectamente la palabra de verdad.* 2 Timoteo 2:15 NVI
Todo lo que se realiza con esfuerzo trae satisfacción al alma, cuando uno llega al final del recorrido y obtiene el fruto del esfuerzo la alegría que produce, hace que lo difícil y complejo quede opacado.
Si durante mucho tiempo has ahorrado para adquirir algo o has tenido que pagar un crédito por un bien, puede que para ello, te hayas privado de algunas cosas y tal vez por momentos sentiste que no ibas a lograrlo, sin embargo, hoy puedes ver y disfrutar con regocijo el bien obtenido.
Una madre mientras sufre dolores durante el proceso del parto, puede llegar a sentir que no puede, incluso, tal vez desee saltarse ese momento, pero al tener a su hijo en sus brazos, cualquier dolor y sufrimiento vivido es insignificante.
Como hijo de Dios debes procurar vivir el presente y no estar anclado en el pasado o soñando con el futuro, procura disfrutar el ahora, manteniéndote en armonía con el Señor y con el prójimo, puede que lo vivido te ocasione sufrimiento, dolor y rechazo, sin embargo, persiste, porque al final del camino recibirás un premio tan grande que disipará de tus pensamientos cualquier vicisitud actual.
Cada vez que te sientas desfallecer, repite en tu mente: esto que ahora padezco vale la pena, la recompensa será superior. Seguramente, ahora es terrible, pero con el tiempo todo quedará como un lejano recuerdo y hasta podrás sonreír por lo que ahora lloras.
"Que el Eterno te bendiga y te preserve; que el Eterno ilumine Su rostro hacia ti y te otorgue gracia; que el Eterno eleve Su rostro hacia ti y ponga paz en ti."
*Familia Ramírez Acosta*
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